El procedimiento de liquidación rápida es un procedimiento concursal que se aplica a las empresas que no son viables y que permite liquidar su patrimonio en un plazo más corto de tiempo. Este procedimiento se introdujo en la nueva Ley Concursal de 2022 con el objetivo de agilizar la liquidación de las empresas que no pueden ser rehabilitadas, con el fin de proteger los intereses de los acreedores.
Para que una empresa pueda acogerse al procedimiento de liquidación rápida, es necesario que cumpla los siguientes requisitos:
- Que se encuentre en estado de insolvencia.
- Que no exista un plan de viabilidad viable.
- Que el valor de los bienes y derechos de la empresa sea superior a las deudas.
El procedimiento de liquidación rápida se inicia con la presentación de una solicitud de concurso ante el juzgado de lo mercantil competente. La solicitud debe ser presentada por el deudor o por cualquier acreedor.
Una vez presentada la solicitud, el juez debe verificar si la empresa cumple los requisitos para acogerse al procedimiento de liquidación rápida. Si los requisitos se cumplen, el juez declarará la apertura del procedimiento de liquidación rápida.
Una vez abierto el procedimiento de liquidación rápida, el administrador concursal se encargará de liquidar el patrimonio de la empresa. La liquidación se realizará mediante la venta de los bienes y derechos de la empresa, y el importe obtenido se repartirá entre los acreedores.l
El procedimiento de liquidación rápida debe finalizar en un plazo máximo de un año. Si el procedimiento no finaliza en este plazo, se podrá prorrogar por un plazo máximo de seis meses.
El procedimiento de liquidación rápida es un procedimiento rápido y eficaz que permite liquidar el patrimonio de las empresas que no son viables. Este procedimiento está diseñado para proteger los intereses de los acreedores, asegurando que reciban el mayor importe posible de sus créditos.